Desayuno servido con los pies en la arena, bajo una tienda instalada en Lompoul-sur-mer, frente a las dunas ennegrecidas por la ilmenita: fue un momento culminante en la tĆ”ctica de Daour Dieng, geĆ³logo que trabajĆ³ en GCO desde el principio; el objetivo era convencer a los inversores, incluidos los de Eramet, del interĆ©s del yacimiento. Muchas personas recuerdan aquellos momentos mĆ”gicos, entre ellas Jean-Michel Fourcade, que fue delegado del Grupo para participar en las discusiones estratĆ©gicas sobre nuestra participaciĆ³n en el proyecto TiZir, y se convirtiĆ³ en Director General cuando GCO entrĆ³ en producciĆ³n.

Arena de la noche de los tiempos…

ĀæArena negra en la costa atlĆ”ntica de Senegal? La Grande CĆ“te, situada a 200 kilĆ³metros al norte de Dakar, ha experimentado un fenĆ³meno natural singular en la mineralizaciĆ³n de sus arenas. Sus orĆ­genes se remontan a hace mĆ”s de dos mil millones de aƱos: el magma expulsado de antiguos volcanes del este de Senegal y una colisiĆ³n entre placas continentales dieron lugar a las cadenas mauritanas. Alterados por las condiciones climĆ”ticas, fragmentos de estas rocas fueron transportados y arrastrados por el rĆ­o Senegal hasta su desembocadura en Saint-Louis, donde fueron arrastrados de nuevo al ocĆ©ano. Las poderosas corrientes oceĆ”nicas actuaron como una trituradora, antes de hacer rodar la arena hasta la larga playa de la Grande CĆ“te cuando subieron las aguas. Eso ocurriĆ³ hace unos 40.000 aƱos. MĆ”s cerca de nosotros, hace 4.000 aƱos, los fragmentos mĆ”s pesados y mineralizados fueron concentrados por los vientos, mientras que los mĆ”s ligeros fueron arrastrados mar adentro. Ā«Lo que la naturaleza nos ha dado, lo estamos aprovechando ahora como parte del desarrollo sostenibleĀ», dice con orgullo Mouhamat Seck, jefe del Departamento de Servicios TĆ©cnicos Mineros.

…pero con bajo contenido mineral

Estas dunas redondeadas, tan bien descritas por el escritor David Diop (*), estĆ”n ennegrecidas por la presencia de ilmenita, pero tambiĆ©n de rutilo, leucoxeno y circĆ³n. No mucho, en torno al 1,5%… suficiente para marear a los financieros y entusiasmar a los ingenieros llamados a diseƱar la herramienta industrial capaz de rentabilizar la explotaciĆ³n de estas arenas mineralizadas.

Al igual que el rĆ­o Senegal, el proyecto no siempre ha sido un camino de rosas. Se ha enfrentado a una sucesiĆ³n de retos apenas imaginables cuando se atraviesa la apacible campiƱa de la regiĆ³n de ThiĆØs, donde se encuentra el emplazamiento industrial. Moctar Dia, responsable del laboratorio de anĆ”lisis del yacimiento desde la fase de exploraciĆ³n, no es ajeno a estos retos.

Ganarse la confianza de las comunidades

En primer lugar, un reto social. Tuvimos que demostrar a las mĆ”s altas autoridades del paĆ­s y a las comunidades circundantes los beneficios que este proyecto podĆ­a reportarles; de hecho, sustituĆ­a a otro proyecto, la reforestaciĆ³n llevada a cabo en aquel momento por el Departamento de Aguas y Bosques de Senegal en colaboraciĆ³n con empresas japonesas que buscaban crĆ©ditos de carbono. Tuvimos que convencerles de que, si bien serĆ­a necesario bombear el agua necesaria para el proyecto industrial, esta acciĆ³n no repercutirĆ­a en el agua destinada a los Niayes, la mayor regiĆ³n agrĆ­cola del paĆ­s. Tuvimos que explicar a las comunidades que no sĆ³lo se trasladarĆ­an aldeas e incluso pueblos situados en la concesiĆ³n asignada por el gobierno senegalĆ©s a GCO, sino tambiĆ©n cementerios. Un punto especialmente delicado. Ā«Al principio, las comunidades no estaban con nosotrosĀ», recuerda sobriamente Daour Dieng. Ā«Tuvimos que conciliar el proyecto con la poblaciĆ³n local e incluso con el gobierno. Hicimos mucho trabajo educativo, mucho antes de que empezaran las obras, para demostrar que la huella medioambiental era mĆ­nima y que estĆ”bamos devolviendo la tierra a su estado anterior, con mayores beneficios en tĆ©rminos de plantaciĆ³n y calidad de los pueblos reconstruidos. Las infraestructuras comunitarias proporcionan una calidad de vida mucho mayor que antes. La indemnizaciĆ³n por la tierra concedida de acuerdo con las normas del Banco Mundial, las perspectivas en tĆ©rminos de empleo y formaciĆ³n, y la contribuciĆ³n al desarrollo econĆ³mico no sĆ³lo de la regiĆ³n de ThiĆØs, donde se encuentra Diogo, sino de Senegal en su conjunto, sirvieron para convencer a las comunidades y a las autoridades de que concedieran su licencia social. El Ćŗnico mito persistente se refiere al circĆ³n, que algunos creen que es otro diamante… Eso serĆ­a demasiado bueno para ser verdad…

La industria del diĆ³xido de titanio

A cette Ć©poque et jusquā€™en 2011, le projet de Grande CĆ“te OpĆ©rations (GCO) Ć©tait portĆ© par les australiens de MDL avant dā€™ĆŖtre rejoint Ć  50-50 par Eramet dans une co-entreprise baptisĆ©e TiZir. Quelques annĆ©es auparavant (en 2008), Eramet a investi dans la filiĆØre du dioxyde de titane en faisant lā€™acquisition de Tinfos en NorvĆØge, dont lā€™usine TTI Ć  Tyssedal fondait lā€™ilmĆ©nite. GCO lui fournira le minerai aprĆØs la rĆ©fection du four. Sous lā€™impulsion de Christel Bories, Eramet prend seul le contrĆ“le de TiZir et donc de GCO en 2018.

A Diogo, le projet est passĆ© au stade de la construction en mai 2011, en moins de trois ans. Le camp de tentes est remplacĆ© par une base-vie. De 70, le nombre de salariĆ©s et de sous-traitants passe Ć  plus de 2 500 au pic. On y parle le wolof, le franƧais, lā€™anglais, et bien dā€™autres languesā€¦

La devoradora de arena y su carruaje

Las unidades industriales son muy impresionantes: Ā«YeeneĀ» en primer lugar (Esperanza en wolof). Se trata de la draga minera mĆ”s grande del mundo, capaz de arrancar 7.000 toneladas de arena en una hora, es decir, mĆ”s de 50 millones de toneladas de estos restos de fragmentos mineralizados de la noche de los tiempos. La mina es preciosa, pero la ley es baja, por lo que tenemos que compensarla con volĆŗmenes para que sea rentable. La pulpa, compuesta de arena y agua, es aspirada por la bomba principal, que tiene un diĆ”metro de 1,20 metros. Luego, como una serpiente marina de 320 m de largo, una tuberĆ­a la conecta a la planta de concentraciĆ³n, la Planta de ConcentraciĆ³n HĆŗmeda (WCP), un enorme castillo de acero que flota en medio de una cuenca artificial de 6 m de profundidad. Una vez mĆ”s, fue una proeza tĆ©cnica que Mouhamat Seck, encargado de poner en marcha la cuenca el 26 de enero de 2014, recuerda perfectamente. Ā«Todos estĆ”bamos estresados aquel dĆ­a cuando abrimos las vĆ”lvulas… poco a poco la planta empezĆ³ a flotarĀ». SegĆŗn lo previsto.

Tierras devueltas a las comunidades

El concentrado de minerales pesados se transporta en camiones a otra planta, la Planta de SeparaciĆ³n de Minerales (MSP). De hecho, es un conjunto de cinco plantas en seis pisos. Ā«AsĆ­ como la WCP es todo volumen, la MSP es todo tecnologĆ­a puntaĀ», subraya Sisifo Mdluli, su Director. Se realizan varias operaciones a alta temperatura antes de tamizar los productos y separarlos electrostĆ”tica y magnĆ©ticamente. Por Ćŗltimo, se transportan en tren a travĆ©s de la bonita estaciĆ³n de MeckhĆ©, ciudad de la que procede Daour Dieng, Presidente del Consejo de AdministraciĆ³n de GCO, hasta las instalaciones de almacenamiento de Dakar. GCO cuenta con un excelente equipo de trabajadores ferroviarios, ya que la empresa tiene encomendada parte de la gestiĆ³n de los ferrocarriles.

Yeene, la devoradora de arena vinculada a la GCO, recupera la parte mineralizada y devuelve el 98% en un chorro espectacular: el extraƱo vagĆ³n recorre 30 metros al dĆ­a. 8 kilĆ³metros al aƱo en una franja de dunas paralela a la playa de la Grande CĆ“te. La arena no mineralizada se utiliza para remodelar las dunas, lo mĆ”s cerca posible de su estado original, antes de ser replantada con especies elegidas por las comunidades por su valor econĆ³mico.

Desarrollo sostenible

Esto nos lleva de nuevo a la cuestiĆ³n principal: la mina nĆ³mada atraviesa zonas agrĆ­colas y pueblos que deben reasentarse en virtud de la concesiĆ³n minera otorgada por el gobierno senegalĆ©s. El plan de reasentamiento es el resultado de una asociaciĆ³n consensuada con las autoridades regionales y las comunidades. El equipo de RSC, que incluye a dos Ibrahimas, Diop y Massaly, ha establecido un diĆ”logo respetuoso. Tras una primera reubicaciĆ³n de treinta y cinco familias en 2016, en 2019 les llegĆ³ el turno a otras ochenta y cinco familias de Foth. Todos los residentes valoran positivamente el mĆ©todo y los resultados. Ā«El objetivo de un desarrollo econĆ³mico armonioso que cree valor para todos es una realidadĀ», seƱalan con satisfacciĆ³n Charles Nouel, responsable de la unidad de negocio Sables MinĆ©ralisĆ©s, y Michel PrivĆ©, director general de GCO.

Otros pueblos se preparan para ver pasar la draga y su equipo en los prĆ³ximos aƱos. Todos lo esperan, sabiendo que el terreno se estabilizarĆ” y reforestarĆ” para las comunidades reasentadas. Todos comprenden que el valor creado por la GCO no sĆ³lo beneficia a todos, sino que aporta mucho mĆ”s que puestos de trabajo. Esto es lo que llamamos desarrollo sostenible.

(*) Ā«FrĆØre d’Ć¢meĀ» es una novela de David Diop. GanĆ³ el Premio Goncourt des lycĆ©ens en 2018.