Doniambo es el polígono industrial de SLN que se encuentra a la entrada de la ciudad de Numea, en Nueva Caledonia. El método de procesamiento de minerales en esta planta produce emisiones a la atmósfera, en cuya reducción trabaja la compañía para preservar la ciudad y el medioambiente.

En Numea, Nueva Caledonia, las emisiones de polvo de la fábrica de Doniambo a veces pueden ser visibles para los residentes locales; de hecho, la planta está situada a la entrada de la ciudad. Un acuerdo firmado recientemente con el Gobierno de Nueva Caledonia refuerza esta voluntad de reducir las emisiones a la atmósfera para 2024-2025 y, aunque la iniciativa de SLN para controlar las emisiones no es nueva, se mejora constantemente.

Filtrar, reciclar, supervisar

Por eso, el principal reto para SLN en la capital de Nueva Caledonia es controlar las emisiones a la atmósfera de la planta de Doniambo. «Estas emisiones incluyen varios contaminantes, en particular el polvo del mineral o del dióxido de azufre», explica Guilin Blanc, ingeniero medioambiental responsable del seguimiento medioambiental de la planta. «Estas emisiones pueden ser “canalizadas”, es decir, localizadas en las chimeneas de la planta, o “difusas”, debido a fugas o al polvo en suspensión durante, por ejemplo, la manipulación del mineral».

El primer instrumento de acción: la filtración. Se utilizan dos tipos de filtros: filtros de mangas, de funcionamiento clásico, y electrofiltros, placas metálicas bajo tensión que magnetizan el polvo. Cada año se capturan 400.000 toneladas de polvo que se recicla en el proceso posteriormente, en especial en el taller de extrusión de polvo. Mezclado con agua y amasado, se transforma en rollos que posteriormente se reintroducen en los hornos para ser fundidos, sin generar polvo. Un método que permite tratar el 99,8 % del polvo canalizado.

Otro desafío: reducir la visibilidad de estas emisiones y, en particular, de las emanaciones de las chimeneas y de las «emisiones al aire libre»1 de los hornos, esenciales para su seguridad. La puesta en marcha de la tercera línea del taller de extrusión de polvo permitirá reducir las emisiones de polvo canalizado desde la planta, así como reducir la visibilidad y la probabilidad de que se produzcan «emisiones al aire libre», que estarán menos cargadas de polvo.

Para ello, SLN garantiza un seguimiento continuo de las emisiones de polvo de 18 de sus chimeneas.

Con el apoyo del equipo de Gestión de las Partes Interesadas (GPI), el equipo de Medioambiente comunica cada año los resultados de esta autosupervisión a los vecinos de la zona en el marco del Comité de Información Local (CLI).

Cifras clave:

Reducción del 32 % en las emisiones totales de polvo entre 2012 y 2020

-80 % de las emisiones al aire libre desde 2012

Mejorar continuamente

Para seguir impulsando esta iniciativa, SLN está experimentando con nuevas soluciones para reducir aún más sus emisiones a la atmósfera.

Actualmente se está implementando una solución para las emisiones de partículas difusas: «Al alimentar los hornos eléctricos de fundición, el mineral calcinado genera emisiones de partículas difusas», explica Guilin Blanc. «Por eso, la idea es utilizar boquillas de succión para capturar estas emisiones. Ya se ha realizado una prueba piloto y se ha demostrado que la solución funciona.»

SLN también forma parte del ICG9 (Grupo Internacional de Competencia en el ámbito del entorno industrial) que incluye varias plantas del Grupo, lo que le permite aprovechar las técnicas y las buenas prácticas de cada una: por ejemplo, el referente de equipos de filtración y reducción de emisiones a la atmósfera, o la detección automática de emanaciones de polvo a través de una red de cámaras dirigidas hacia las chimeneas y conectadas a un software, en proceso de implantación.

1 La apertura de válvulas para liberar el exceso de presión y preservar la integridad de los hornos.